A por ropa nueva

Aparqué el coche cerca de la puerta del centro comercial. Utilicé mi poder para aumentar "un poquito" la probabilidad de que hubiera aparcamiento libre a estas horas de la mañana. Saqué las llaves del coche y me bajé de él, abriendole la puerta que daba a la acera a Michelle para que saliera.

Llegamos al centro comercial en seguida, y para mi total sorpresa, encontramos un aparcamiento libre excepcionalmente rápido. Cuando paramos, Matthieu hizo gala de sus dotes de caballero y me abrió la puerta del coche para que pudiese bajarme.

-Gracias, aunque no deberías hacerlo, podría acostumbrarme.

Tras, bajar del automóvil, me acomodé la chaqueta para que no se apreciase mi ropa rasgada y lo guié a paso tranquilo hasta la tienda de ropa más próxima.

-No sería ningún problema por mi parte. -Respondí ante su comentario. Caminé junto a ella, siguiendola. -Ya te sabes esto casi como la palma de tu mano, ¿no es cierto? -Sonreí.

Medité sobre su pregunta unos segundos, la verdad es que quería quedar bien delante de él.

-En realidad, creo que podríamos decir sin el casi-levanté la cabeza y me hice la ofendida-. Es un lugar de pregrinación obligado- Reí.

Solté una carcajada breve pero enérgica. -Y... ¿cuál marca de ropa es tu preferida? Así... por saber, más que nada. -Le dije sonriendo. Mientras caminaba iba observando las numerosas tiendas que nos íbamos dejando atrás. No me preocupé ni un instante en qué podría pensar la gente que nos viese, a fin de cuentas, parecíamos hermanos llendo juntos a comprar ropa, aunque eso fuera poco creíble.

La verdad es que nunca me había parado a pensar en marcas de ropa durante demasiado tiempo, era más de comprarme lo que me gustaba sin mirar si era de una casa comercial u otra.

-A ver, es algo difícil de decir... Supongo que L.A.M.B está bien.

-Ajam. Entonces... ¿eso quiere decir que ahora mismo nos dirigimos a una tienda especializada en L.A.M.B.? -Le pregunté con tal de mantener viva una conversación mientras caminábamos por los ajetreados pasillos de tiendas.

-En realidad, no. Mi plan es mirar hasta que encuentre algo bonito. Estás advertido, ir con una chica de compras, será muy largo.

Me detuve delante de una tienda pequeña, pero con ropa bastante buena. Le hice una seña a Matthieu y entré.

"Bueno, también puedo alterar la probabilidad para que encuentres algo que te guste en menos tiempo... aunque eso sería bastante complicado de hacer", pensé para mi. -Tranquila, aguantaré. -Sonreí y me aventuré a seguirla hasta dentro de la tienda, donde esperaría distraído a que ella terminara de "ojear" esa tienda.

Eché una ojeada rápida a la estancia y localicé un par de cosas que quería probarme. Cogí las perchas y volví con Matthieu.

-Pero, como estás siendo tan amable conmigo, prometo ser rápida. Voy a probarme este.

Me fui hasta los probadores y cerré la cortina detrás de mí. Me quité la chaqueta y la ropa rasgada y me lo puse. Eran unos vaqueros y una camiseta de tirantes azul. Salí.

-¿Qué tal?

Spoiler:

Observé durante unos segundos a Michelle de arriba a abajo. -... Estás radiante. He aquí otra diferencia entre las jóvenes humanas y una chica prodigio como tú... -Decidí utilizar semejante eufemismo por si algún oído ajeno estaba atento a nuestra conversación. -... que tú sabes vestir. -Volví a sonreir.

Enarqué una ceja, ciertamente sorprendida por su comentario. Sonreí, y luego sacudí la cabeza, revolviendo mi pelo.

-Eres de lo que no hay-dije, divertida, mientras me volvía a introducir en el probador y me cambiaba de nuevo, para ir a pagar. Luego tendría que cambiarme en un lavabo o algo así-. Si que te gusta poco... "el populacho":

Supuse que me entendería. Salí y fui a pagar con la tarjeta.

Respondí a su suposición mientras pagaba al dependiente. -La humanidad, querida, la humanidad... -Ignoré la cara de extrañado que puso el dependiente al escucharme, y esperé a que Michelle terminara.

-Bueno, no todo es tan malo, ¿no crees? También hay cosas buenas.

Dije, terminando la compra y saliendo de la tienda, con las bolsas en la mano.

-Debería ir a algún sitio a ponerme esto.

-Si quieres, podríamos ir a tomar algo a un bar, y allí, vas un momento al servicio y te cambias. -Le dije mientras me encogía de brazos, esperando la respuesta de Michelle.

-Buena idea. Tengo ganas de deshacerme del resto...-dije, dando un respingo.

Fuimos a un bar cercano, dentro del centro comercial. Procuré cambiarme rápido en los lavabos de mujeres después de pedir una coca-cola.

Mientras Michelle se iba a cambiar, yo pedí un Jack Daniel's con Cola al mismo camarero que ella le había pedido el refresco. Cogí sitio en una discreta mesa con tres asientos. Me senté en uno de ellos y observé a los humanos pasar.

De repente, sentí emociones y sentimientos que no debería de sentir, es decir, yo estaba tranquilo, sosegado, en paz. Pero de golpe y porrazo sentí una ansiedad bastante alta, la que después se transformó en adrenalina, tristeza... y volví a sentir la calma.

Comencé a pensar si este extraño suceso podría estar relacionado con la aparición de las luces en el cielo que tantas veces y en tan poco tiempo han retransmitido por los telediarios, entrevistando los presentadores a diferentes científicos de la alta gama, los cuales exponían sus teorías sobre lo sucedido. ¿Acaso mi poder había mutado? No, ya había comprobado que continuaba poseyendo la manipulación de la probabilidad. ¿Y si alguna nueva mutación en los genes había aparecido por causa del acontecimiento observado en el cielo? La posibilidad era baja, pero no la descartaba...

Continué esperando a que Mitchie se cambiara, tiempo suficiente que le dio al camarero para traer las bebidas.

Me miré en el espejo del lavabo y di unas cuantas vueltas en frente de él, asegurándome de que me quedaba bien. Luego, tiré a un cubo de basura la ropa rota y puse la chaqueta de Matt sobre un brazo. Salí rapidamente en dirección al bar. No tardé en localizar a mi acompañante, sentado solo.

Cuando me acerqué, parecía algo raro, como si le acabase de pasar algo mientras yo estaba cambiandome. Me acerqué y le puse una mano en el hombro antes de sentarme, ciertamente preocupada.

-¿Te encuentras bien? No tienes buen aspecto.

En cuanto sentí la presencia de Michelle a mi lado, hice el esfuerzo de sonreir al mirarla. -Sí. Estoy bien, tranquila. -Mentí. Le di un sorbo a mi Jack Daniel's Cola y luego volví a mirarla, con expresión seria.

-Bueno, la verdad esque estoy algo preocupado. No me preguntes cómo, pero creo que poseo un don adicional, aparte del que ya tenía. Y creo que el fenómeno de las luces en el cielo tiene algo que ver con la causa... -Le confesé al fin, claramente en un tono de voz bastante bajo, lo suficiente para que nadie más nos escuchara, pero que mi voz llegase a los oídos de la joven.

Las luces del cielo... La verdad era que mis recuerdos sobre esa noche eran algo confusos, pero no me había parecido notar nada fuera de lugar con mis poderes. Quizá, lo que fuera que hubiese pasado, sólo le había afectado a él.

-No sé, a mi todo me parece igual.

"Uhm... entonces alomejor me estoy confundiendo... Estoy dejando que mi imaginación hable por mi." pensé. Le di otro sorbo a mi bebida con expresión pensativa. -Bueno, no me hagas caso. Seguramente son tonterías mías. -Le dije conforme lo pensaba.