la academia

Nada más entrar por la puerta, Jayne tuvo que reconocer que el edificio era más impresionante de lo que parecía por fuera. Desde el exterior, podía tener el aspecto de una escuela-residencia donde le tuvieran bajo control, normal y corriente, pero por dentro, en realida era una escuela-residencia donde le tuvieran bajo control...pero con clase. Los pasillos, no especialmente atestados, pero fluían con una contínua corriente de personas...Presumiblemente profesores y alumnos, en todas direcciones, algunos mirándole con extrañeza, otros ignorándole. "¿Tendrán también poderes? ¿Todos ellos? ¿Realmente somos tantos?". Y con este pensamiento, empezó súbitamente a sentirse más relajado...Como si apenas habiendo llegado, ya se empezara a sentir parte de "algo más grande".

-Tal vez no sea tan malo estar aquí, después de todo...-murmuró para sí mismo, sonriendo-.Lo mismo hasta me adapto y encajo mejor que en mi antiguo instituto...-habló a sí mismo, mientras un silbido de admiración salía de sus labios, admirando la altura del techo del Hall de Entrada. Al menos, durante unos pocos segundos, que es lo que tardó en tropezar con...Algo o alguien...Y cayó al suelo sobre su maleta, quedándose casi sin aliento por el golpe.

A su alrededor, le pareció escuchar murmullos y risas...Tal vez de verdad, tal vez sólo imaginados...Tan parecidos a los del instituto de New Jersey... "Torpe...torpe...¡estúpido!", se dijo a sí mismo sin atreverse a levantar la cabeza, notando la cara ardiendo, rojo de verguenza. "Levántate...Nadie te va a ayudar...", pero se equivocaba.

Delante de él, una preciosa chica con unos brillantes e hipnóticos ojos se había agachado y le tendía la mano, en señal de ayuda.

- Te ayudo -Le dije sonriendo -Levanta rapido o cogeras fama de torpe, me llamo Ruth, encantada -Dije mientras se levantaba - No te has hecho daño ¿verdad?.

Emmm...yo...ehhh-Jayne apenas podía hablar. Tal vez una de las chicas más bonitas que hubiera dirigido a él en mucho tiempo, sin afán de burla, le miraba con dos enormes ojos azules de los que no podía apartar la vista-.Bueno...Si...Tal vez...ehhh...

"¡Habla, estúpido! Deja de balbucear o parecerás más idiota aún de lo que ya pareces rodando por el suelo...Vamos...Arréglalo...¡Di algo gracioso! ¡Di algo ocurrente!...¡¡¡DI ALGO!!!" pensó, cada vez más nervioso.

-Vaya...Eres preciosa...-tartamudearon los labios de Jayne. "La cagaste, Casanova..." le dijo su mente, mientras notaba el calor en las mejilas, poniéndose rojo y Ruth enarcaba las cejas, como si no comprendiera lo que decía. Acto seguido, como habiendo pulsado un resorte, Jayen se puso en pie tan rápido como pudo, y tendiéndole la mano, dijo-. Perdón...Perdón. Quiero decir que me soy Jayne. Jayne Hassian. Acabo de llegar...Normalmente no soy tan torpe, pero es que estoy un poco perdido...¿Tal vez podrías tu ayudarme?

En ese instante, los poderes de Jayne volvieron a jugarle una mala pasada, y el personaje de los Looney Tunes, una mini mofeta amorosa Pepe L'amour, se materializó sobre su hombro, y empezó a hablar del romance y lanzar besos...Obligando a Jayne a cogerla y encerrarla entre sus manos para que no pudiera escapar.

-Lo siento...Es mi poder-se disculpó de nuevo-. Puedo...Creo que lo llaman hacer invocaciones...Puedo hacer aparecer personajes de ficción durante un cierto tiempo. Aunque no soy muy bueno aún...no siempre puedo controlarlos. ¿Cual es tu poder?

Me quede mirando lo que decia, cuando derepente aparecio una mofeta en su hombro . - Valla eres adorable, tranquilo que yo tambien soy mas o aun mas torpe que tu - Dije dandole un beso en la mejilla .- Y gracias por lo de preciosa, tu tmabien eres muy guapo .

Jayne se quedó paralizado cuando vió a Ruth acercarse a él..."¿El primer día y ya me van a abofetear?", pensó, cerrando instintivamente los ojos...Y notando desupes la caricia de unos labios en la cara, y vió entonces como Ruth se separaba de él.

-...Y gracias por lo de preciosa, tu tmabien eres muy guapo .

"No me ha abofeteado...¡Me ha besado!", acarició la mejilla, sorprendido "Estaba equivocado...¡Me encanta este sitio!". En su despiste, el pequeño Pepe L'amour, de apenas unos centímetros de altura, consiguió escapar de entre sus manos y salir corriendo, dando brincos. Sólo 3 o 4...Porque un alumno que por allí pasaba lo pisó sin darse cuenta, desaciéndolo en una pequeña nube de humo. El chico, aturdido, se miró la suela del zapato, y luego a Jayne, sin comprender. Éste le sonrió encogiéndose de hombros, en un gesto de que no se preocupara, y se volvió de nuevo hacia Ruth.

-Oye, Ruth...-comenzó a hablar de nuevo, concentrándose, mirando a sus manos-. Ya que...nos hemos confesado nuestra torpeza común entre nosotros, quiero confesarte también que no me interesaba lo más mínimo venir a esta academia, al menos hasta hace un minuto, y no tengo ni idea de a quién tengo que pedirle una habitación,horarios...nada...¿Podrías acompañarme? ¿O estás ocupada?

Y en sus manos, apareció una rosa de cristal, sacada de la mente de Jayne, de Saint Seiya, diciendo: "Por cierto...Esto es para tí, como agradecimiento...No es gran cosa y en un rato desaparecerá, pero es lo mínimo por no reirte antes, y ayudarme".

Mire la rosa que aparecio en mis manos, -Es hermosa...-Dije con cara de sorpresa, y luego le sonrei . - No me importaria acompañarte, por mi pasaria todo el dia contigo si fuese necesario - Dije con una sonrisa en mi cara - Sabes creo que te has ganado otro beso .-Dije acercandome y besandole otra vez en la mejilla - Yo pensaba lo mismo que tu de esta academia , pero encontre a gente muy buena.

-Hasta el momento, yo puedo decir lo mismo-sonrió Jayne, sin saber muy bien cómo reaccionar ante ese segundo beso-. Encontrarte ha sido todo un golpe de suerte. Y, por favor, no me digas que pasarías el día entero conmigo, o me lo creeré y acabaré pidiendo a la directora que me de un cuarto al lado del tuyo, y a tí, la terrible tarea de enseñarme todo esto.
Paso a paso, Jayne se dió cuenta que sin apenas fijarse, habían llegado delante de la puerta de Dirección. "Tras estos minutos, lo último que me apetece es entrar ahí dentro a enfrentarme con el tipo de ogra que lleve este sitio...", así que se quedo, mirando al suelo sin saber muy bien qué decir.

-Ehhh...Creo que debería entrar, si quiero tener un sitio donde dormir esta noche-dijo al fin, con desgana-. Aunque no me apetece lo más mínimo dejar una compañía tan agradable como la que he tenido hasta ahora-Jayne acarició la rosa de cristal en las manos de Ruth, sin atreverse a tocarla a ella-. Tal vez...¿Podamos vernos en algún otro momento? Podríamos vernos alguna vez al acabar las clases, o en la cafetería, o...No se...¿Qué me dices?

Empece a notar algo en el estomago, algo en mi decia que ese era el chico, el que nunca me haria daño, el que me querria, me acerque a el y cogi de la cara suavemente y le di un leve beso en los labios . - Espero que esto responda tu pregunta de si nos podemos volver a ver - Dije sonriendo, mientras metia las manos en los bolsillos .

Y apenas hubo terminado Jayne de decirle, a su torpe manera, que quería seguir viéndola a menudo, mientras se trataba de devanar los sesos pensando una frase ingeniosa y casual para preguntarle si quería que se vieran tras las clases, Ruth le sorprendió con lo último que Jayne había esperado que la chica hiciera.

Se acercó al petrificado chico, y poniendo sus suaves manos, las cuales, Jayne años más tarde y cuando contara esta historia, describiría como las manos más dulces que había sentido en sus mejillas, le dió un beso con unos cálidos labios que le hicieron temblar las rodillas.

- Espero que esto responda tu pregunta de si nos podemos volver a ver-sonrió ella, metiendo sus manos en los bolsillos, mientras Jayne aún trataba de recuperarse.

-Bien, bien...Creo que más o menos lo he entendido-tartamudeó Jayne, con un pequeño gallo-. Creo que este día acaba de subir en el ranking de los mejores de mi vida...-y volviendo de nuevo a la realidad, dijo-. Oye, debo entrar ahí dentro, aunque lo que más quiero ahora es quedarme aquí fuera contigo...Dime al menos a qué clase vas, por dónde sueles estar...¿Crees que podríamos reunirnos en el comedor, a la hora de la comida?

- Me volveras a ver antes de lo que esperas -Dije tocando su tierna cara con una mano, mientras le hacia un gesto con mi dedo - Poco a poco vale -Dije sonriendo, mientras me giraba y subia las escaleras de la academia para dirigirme a la habitacion, mientras subia me mordi el lavio inferior y una vez que entre en la habitacion, cerre la puerta y me pose sobre ella mientras me sonreia .

-Poco a poco, ¿vale?-dijo, tocándole a Jayne la cara, y haciendo un gesto con el dedo que le dejó anonadado, mientras ella se iba.

La siguió por los pasillos con la mirada. Su figura...Su forma de caminar...Incluso cuando se hubo perdido entre los alumnos, siguió mirando, creyendo que aún la veía ahí...Un buen rato...Con sonrisa de imbecil. Hasta que le vino a la mente su hermanita y una de sus absurdas teorías de la vida. "El equilibrio cósmico" le había dicho una vez. "Si te pasa algo bueno, el universo tiene que devolver el equilibrio dándote algo malo a cambio...Y al revés si te pasa algo malo. Cuanto más extrema sea la acción, más lo será también la reacción".

Jayne se sacudió la cabeza, tratando de sacarse las sandeces de su hermanita, pero a su vez temiendo que tuviera razón...Al fin y al cabo, se encontraba con la mano a punto de coger el pomo para abrir la puerta que le llevaría a conocer a la directora Cameron...Y había pasado uno de sus mejores ratos en mucho tiempo, tras con Ruth...

-Algo realmente malo, por haber tenido algo realmente bueno-y torció el gesto, abriendo la puerta a la antesala del despacho de la directora.