Mesas del rincón

-Puede que sea novata en esto de relacionarme con los principios de los mutantes,pero veo una solemne tonteria cometer esas acciones cuando lo que pretendemos es convivir con la gente normal -torci el gesto al decir esa palabra,metida en mi conversacion con Edward. No es que me sintiese mal al tener mi poder,al contrario: me era muy util a menudo. Pero de pasar toda una vida sin nadie a mi alrededor igual a mi,a hablar con semejantes dividiendonos en grupos para entendernos... Extraño-. A no ser que estemos hablando de los tipicos radicales que tienen que estar en todos lados,claro.

-Bueno...no sé. No me gusta demasiado ir a clase, bueno, lo que pasa es que no me gusta que me manden, la verdad.
Terminé de tomar la tónica, y observé como el cubito de hielo crecía.

-Bueno, la mayoría de mis deberes serán que practiqueis con vuestros poderes *comenté* Creo que a la mayoría de alumnos les gustará, y espero que a ti también

-Sin duda-sonreí-Creo que me voy a ir yendo, me apetece tomar el aire.
Volví la cabeza hacia una chica de pelo rizado que estaba en la barra junto con otra muchacha.
Estaba esperando a que le trajeran lo que fuera que hubiera pedido, cuando el camarero le entregó su Coca-Cola, miré fijamente el vaso, y antes de que ella se diera cuenta, el cristal estaba completamente congelado, cuando ella lo cogió se le resbaló de las manos y se cayó al suelo, rompiéndose.
-Si va a quedarse aquí, adiós-me despedí como si nada.

-No todos pensamos así Selene. Para algunos, cuya infancia ha sido desastrosa y trágica, los humanos son los culpables de su mala infancia. Por lo que al final, terminan por pensar que los Homo Sapiens deben de ser exterminados para que las futuras generaciones mutantes vivan y crezcan sin el problema con el que ellos han vivido. Es complicado de entender si eres tan joven. -Le sonreí y volví a mirar a los de la mesa del rincón. La chica se había levantado, para marcharse, al parecer.

*Sonreí al ver lo que había hecho. Parecía ser una chica traviesa y, en cierta manera, con carácter.*
-Voy a quedarme aquí un rato más, Emma. Un placer conocerte *me despedí* Oh!. Aunque nos conozcamos, voy a ser contigo igual de duro que con los demás. No me decepciones

-Te recuerdo que me sacas 5 años apenas,vejestorio -replique mordaz. Sople el cafe para enfriarlo un poco-. Lo comprendo,mi infancia tampoco resulto ser un camino de rosas,pero aprendi a pasarmelo bien,despues... de aquello -recorde la multitud de gente que miraba al escenario,y esboce una sonrisa triste al evocarlo todo. Solte un suspiro resignado-. Pero eso no me da derecho a ir por la calle con un bate de beisbol para ir atizandoles en la cabeza solo porque me toco estudiar con gente idiota cerrada de mente,¿no crees?

-Esque los problemas que te han causado tus poderes no son comparados con los problemas que le han podido causar los poderes a alguien que por ejemplo... hacia estallar cosas, hay casos, que muchachos mutantes, sin quererlo, mataron a alguien, por el escaso control sobre su poder. Entonces imaginate, si una sociedad entera ve a un chico que tiene el poder suficiente para matar a gente, rápidamente se crea un mal prejuicio, e intentaran que la vida de ese pequeño sea un infierno. Después de eso, al ser mayor, el mutante buscará devolver todo el daño que se le ha hecho a él en su infancia, e incluso magnificado. -Le di el último sorbo al té, y dejé encima de la barra el dinero para pagar al camarero. Miré de reojo de nuevo al profesor de la mesa del rincón y volví a dirigir mi mirada a los ojos dorados de Selene.

Medite sobre ello mientras bebia a sorbos mi cafe. Por supuesto,tenia una logica aplastante.
-De filosofia,ya... Creo que deberias ser el psicologo del centro -comente,siguiendo su mirada-. ¿Le conoces? Es un profesor,¿no?

*Esta vez estaba mirando al otro profesor cuando el me miró de reojo. ¿Pero qué demonios le pasaba conmigo? Antes pensaba que podía ser por la muchacha, pero ya veía que no, que era por mi. Decidí no hacerle el menor caso y terminar mi café, el cual ya estaba frío por la presencia anterior de Emma*

-Bueno, mi habilidad me ha permitido impregnarme de grandes conocimientos de varias ciencias. -Le sonreí. -Sí, es profesor, pero no le conozco.

*Vi como la joven, que supuse sería una alumna, también mi miraba. ¿Tendría monos en la cara? No me importaba levantar curiosidad, y menos aún en las mujeres. Pero aquello estaba comenzando a ser molesto*

-En fin,sera mejor que me ponga al dia con mis cosas. No puedo estar eternamente con el equipaje de un lado a otro sin establecerme en algun sitio,asi que,si has terminado... -deje el platito del donuts y la taza del cafe a un lado,ambos vacios-. Quisiera solucionar el tema de la habitacion,y mis cosas estan en la tuya -alce las cejas en señal de conspiracion ironica.

Le dediqué una amplia sonrisa y me aparté un poco de la barra. -De acuerdo. Vamos. -Me dirigí hasta la puerta de salida no sin antes volver a mirar de reojo al profesor de la mesa del rincón, con un gran desconcierto y curiosidad.

*Me encogí de hombros al ver que volvían a lo suyo, sin prestarme más atención. Lo cual, por la forma en que me miraba el otro profesor, me alegraba. Cuando la camarera pasó de nuevo cerca de mi mesa, llamé su atención*

-Ponme otro cafe con leche y cóbratelo junto a este *le dije mientras le tendía dinero suficiente y esperaba la llegada de lo que había pedido. Esperaba poder tomármelo caliente. No hay nada mejor que un buen café caliente tras una mañana agitada, y el de antes me lo había tomado frío.*