Un día sin nada que hacer

-No mucho, hace unos años que me marché de casa y vagué sólo, hasta que Emma me encontró...-dije y me puse serio al pensar en ella.-Me llevó a la academia y ahora vivo allí.

Escuche su breve historia con atención y note como cambio su expresión al nombrar a esa chica, aunque no me parecio bien preguntarle.
- Interesante historia, breve pero interesante, yo no podría haberme ido de casa, no creo que durara mucho en la calle, sola y sin dinero... -dije sonriendo-.

-Me las apañé bien, no me importa estar solo, de todas formas en mi casa ya lo estaba...-dije pensando en mi antiguo hogar, si es que así se le podía llamar, recordando a un padre ausente, que no se preocupaba de mí, y pensé que quizás mi desgracia fuese por su culpa...las peleas y el bandalismo en el colegio y la calle...eran mi antigua salida.

Le mire, era un chico fuerte, pero se notaba que ahora mismo estaba recordando algo, que quizas no fuera muy agradable.
- Ey, no estes triste, o dejes que el pasado influya en tu presenta... ahora tú eres un gran chico y además no estas solo, porque supongo que conoces a gente de esa academia y aparte estoy yo... y soy alguien, pequeña, pero alguien. -dije intentando sacarle una sonrisa, aunque fuera minima, ya que esto de consolar o cosas así no se me daban muy bien-.

Sonreí.
-Gracias Emily.-dije con dulzura.-Estoy deseando presentarte a Neli.

Sonrei alegre porque ahora estuviera bien.
- ¿Tú novia? -pregunte curiosa y feliz- Yo tambien estoy deseando conocerla, fijo que es una gran persona, por lo menos si es como tú -dije sonriendo, me alegraba la idea de conocer a mas gente, sobretodo si era la novia de Taylor, ya que sería, seguramente, una chica muy agradable.

Me sonrojé.
-Sí, mi novia...-dije y miré al suelo, recordándola con una sonrisa.-Seguro que os llevaréis muy bien, es telépata.

- Ya tengo ganas de conocerla, aunque me va a poner nerviosa eso de que lea mi mente -dije sonriendo al ver que se sonrojaba un poco al hablar de su novia, lo que me causo ternura, eso era que la quería-.

-Lo cierto es que aún le cuesta controlarlo...-dije.-En un principio le era difícil estar conmigo debido a mis pensamientos, no puede estar demasiado tiempo rodeada de gente...

- Pobre, debe ser malísimo eso, el no poder estar rodeada de los que quieres y ademas el leer cada uno de los pensamientos buenos y malos de la gente, yo me deprimiría si escucho siempre todo, ademas del dolor de cabeza al oir tanto -dije con cara de frustación, debía ser una autentica tortura oir durante todo el tiempo mil voces en tu cabeza-.

-Sí,pero va mejorando...Emma, la chica de la que te hablé antes, ella tiene una habilidad totalmente contrariada a la mia, sin embargo nos hicimos amigos, aunque teníamos que estar alejados...me ayudó a superarlo, consiguió que nos acercásemos, incluso consiguió rozar mi mano...ahora yo quiero ayudar a Neli...en todo lo que pueda.-dije y me pregunté si me había ayudado por lo que sentía por mí.

- Es una buena idea, si me necesitais a mi tambien me avisas, yo tambien estoy dispuesta a ayudar si puedo. -dije sonriendo, ádemas me gustaban los retos y ayudar a otro mutante, que no fuera yo, a controlar su poder, era interesante-.

-Eso sería genial, muchas gracias Emily.-dije sonriendo.-¿Hay algún apodo de tu nombre que te guste en especial por el que pueda llamarte?, si no te molesta.

- Puedes decirme Emy, aunque si encuentras otra forma que quede bien, te doy mi autorización -rei- ¿Y tú, algún apodo o algo?

-Esta bien, Emy, creo que por desgracia mi nombre es tan cutre que no tiene apodo alguno...pero en las bandas en las que estaba me llamaban Pyros por mi manía de juguetear con mis mecheros...sé que es peligroso, pero a mi ni me importa, ni me asusta...-sonreí.-También se admiten sugerencias.

- Pues te llamare Pyros o Taylor hasta que se me ocurra un nombre -rei- Y tu nombre no es cutre, a mi me gusta, mi tio se llama Taylor -sonrei-

Sonreí.
-Tu ganas, mi nombre no es cutre...solo aburrido...-me reí.-¿Tienes hermanos?

- No, yo tengo un grano gigantesco que cuandos e fue a vivir con su novio me dejo en paz -dije con cara de asco al recordar a mi hermana, la perfecta, la que ganaba siempre todos los premios... quizas suene a envidia, pero no, yo lo que odiaba y aun hago es su prepotencia-.

Comencé a reírme.
-Vaya, dicho así creo que tengo suerte de ser hijo único...-dije sonriendo.-Aunque me hubiese gustado tener un hermano...siempre recayó sobre mi toda la responsabilidad de ser el único heredero de una familia adinerada...en mi casa me sentía sólo y nunca nadie me apoyó...mi madre murio y mi padre resultó no ser mi padre...siempre me pregunté por que me hacía aquellos desplantes y al fin lo entendí, me odiaba. Creo que es por eso que soy como soy...o que fui lo que fui, un delincuente, solo me peleaba con los otros chicos y destrozaba las cosas para descargar mi odio y mi frustración...

- Bueno... yo a veces me hubiera gustado ser hija unica, mi hermana era lo que se podría decir perfecta, ganaba en todo, siempre quedaba la primera y mis padres le prestaban mas atención a ella que a mi, a veces yo pensaba que no tenía familia, pero por suerte en navidad me regalaban algo y tambien en mi cumpleaños aunque nose podía comparar con lo que le daban a ella -dije recordando la cantidad de cosas que tenía ella en comparación conmigo-. Somos unos solitarios incomprendidos -dije mostrando una pqueña sonrisa-.

-Puede ser...pero somos unos solitarios incomprendidos con suerte.-sonreí.-No tengo muy claro si esto es un don o una maldición, mi poder solo destruye, pero me ha ayudado mucho. No somos como los demás y según como se mire, seremos afortunados o desgraciados, odiados o adorados...los humanos nos odian y sin embargo muchos de nosotros querríamos ser como ellos....

- A mi me gusta pensar que es un regalo, que es un don, que se nos ha sido conferido para utilizarlo bien y ayudar con el, somos odiados por muchos, pero a otros les gusta y desearian tener un poder... es mas de pequeños todos soñamos con tener poderes mágicos y eso nadie me lo puede discutir -dije sonriendo- Aunque aun nose cuantas cosas maravillosas se pueden hacer con mi poder

-Sí, tienes razón, no es que este mal, a mi no me molesta para nada...-sonreí.

- Claro que tengo razón, ¿lo dudabas? -conteste bromeando para luego tomar otro sorbo de mi excelente batido- ¿Hay mucha gente en esa academia? -pregunte curiosa, me gustaría saber si había tanta gente como en las clases normales, o por lo menos una cantidad parecida-.

-Lo cierto es que no lo sé, conozco a muy poca gente...pero creo que hay bastantes alumnos...-sonreí.-Harás amigos con facilidad seguro.