Instalándome

Llegué al que iba a ser mi nuevo despacho. A penas había muebles y todo estaba demasiado ordenado, aunque no iba a durar mucho así. Siempre he tenido un curioso sentido del orden. Llegué al escritorio y me senté sobre él, mientras echaba un vistazo a mi alrededor. Era una nueva prueba para mí, una prueba que debía superar.

Entrecerré los ojos, quería repetir esa capacidad de transportarme de un lado a otro. Cuando lo conseguí, aparecí en la esquina contraria a la que quería, y me di un golpe contra la pared.

Iba caminando por los pasillos buscando a Selene, no sabía nada de ella y me tenía algo preocupado. De camino al pasillo de las habitaciones de los alumnos, escuché un duro golpe propinado, supuestamente contra una pared. Caminé hasta el lugar de donde parecía haber provenido el ruido, miré la placa de la puerta, aún no tenía nombre.

Abrí la puerta para averiguar qué había sido aquello que había sonado, y encontré a una mujer joven en una esquina de la habitación. -Perdona, he escuchado un golpe y he... entrado para ver qué había ocurrido. ¿Te encuentras bien? -Le pregunté amablemente a la por ahora desconocida chica.

Me froté la frente justo en el lugar donde me había golpeado contra la pared. Dolía un poco, pero no era lo peor que había sentido ultimamente. De pronto, la puerta se abrió, haciendo que saltase de la sopresa. Era un hombre joven, de unos veintipocos. Bajé la mano rapidamente. Comencé a balbucear, era una situación embarazosa.

Me acerqué de nuevo al escritorio, mientras gesticulaba exageradamente, como queriendo justificar el ruido del choque.

-Sólo... Estaba... Probando un poder nuevo. Y no se me da demasiado bien, por lo que has oído.

-¿Seguro que estás bien? ... Un momento... ¿has dicho: un poder nuevo? -En ese momento recordé el "sueño" que tuve en el que mi cuerpo se convertía en miles de hojas de papel. Mi expresión parecía por un instante ida, absorta en mis pensamientos.

-Sí, pasó hace poco, con esas luces nocturnas tan raras. A partir de ahí, puedo desaparecer y aparecer de un sitio a otro. Aunque se me da alago mal.

Me callé, porque él parecía muy ocupado en su propio mundo, o sea, pensando. Me di cuenta de que no me había presentado, adelanté una mano y me acerqué a él.

-Por cierto, soy Cameron. Cam, si lo prefieres.

¿Luces nocturnas? ¡Claro! Yo me encontraba en el despacho cuando ocurrió el suceso, por eso no pude ver ningunas luces... Pero, si ambos hemos conseguido un poder nuevo, significará eso que el fenómeno ha ocurrido a nivel mundial? "Luces nocturnas..." Si lo ocurrido ha sido precedido de unas extrañas luces en el cielo... entonces es lo más posible.

. . . [Edward quedó paralizado unos instantes]

Lo están retransmitiendo por la TV. Entonces volví a mí. -Lo siento... Yo soy Edward, el profesor de Filosofía. Un placer conocerla. -Dije a la vez que le estrechaba la mano y sonreía.

Entonces... los papeles... ¿tendrán algo que ver con mi nuevo poder? ...

-Edward... Creo que he leído algo sobre tí, en los contratos de Melinda. Telepata, ¿verdad? Encantada de trabajar contigo.

Lo miré, se le veía demasiado concentrado y no quería interrumpirle, así que simplemente, me dediqué a caminar hacia los grandes ventanales del otro extremo del despacho para mirar hacia afuera.

-¿En los contratos de Melinda? ¿Entonces es cierto que va a ser sustituida? -Afirmé con la cabeza cuando me preguntó por mi don. -Igualmente. -Le dije.

Entonces... ¿cómo puedo hacer para activar mi nuevo poder? Si no tengo el código emocional ni sensorial del poder, no puedo utilizarlo conscientemente...

-¿Cree usted que éste fenómeno ha influido en todo el mundo? -Le pregunté desde el mismo sitio donde me encontraba. Esto supone una ayuda para los mutantes que queremos ayudar a la humanidad... pero supone también una ventaja para aquellos mutantes liberales, que utilizarán su nuevo poder con fines maléficos.

-Esa es una pregunta difícil-crucé mis brazos a la espalda y me mordí un labio-. ¿Conoces la teoría evolutiva de Darwin? Supongo que sí. Estaríamos hablando de una selección natural, un cambio azaroso. Si tengo razón, podríamos hablar de aumentos de poder o nuevos mutantes. Aunque, como le ha pasado a Melinda... puede tener efectos negativos.

Repetí las mismas palabras que había estado preparando para explicarme a mi misma lo sucedido, aunque aún no estaba del todo convencida.

Comencé a acariciarme el mentón con las llemas de los dedos de la mano derecha, adoptando una postura pensativa. -Tu teoría se basa en un buen fundamento, y es sencillamente razonable. Aunque para saber si es verdad deberíamos de emplear un poco de empirismo. -"De lo cual me encargaré yo más tarde", pensé.

-Si fuera así, estaríamos hablando de muchas muertes mutantes en todo el mundo. Y ese suceso, ¿crees que ha podido afectar de algún modo a los humanos? ¿O sólo ha actuado sobre el gen X? -Comencé a hacer mis cábalas transcendentalistas acerca de las mismas preguntas que le había formulado a ella.

-Sólo son teorías, pero podría haber activado genes humanos, o incluso hacerlos mutar... En este momento no tengo manera humana de saberlo. Aunque tengo cierto científico me debe un favor... Puede que lo sepamos dentro de poco. Cambiando de tema, ¿Habéis iniciado ya las clases?

-No. Estábamos a la espera del aviso de Melinda, que al parecer ella al mismo tiempo estaba esperando a que vinieran más alumnos a la Mansión. -"Eso sí que sería catastrófico... humanos mutados... o humanos que ahora son mutantes... no puede ser. No debe ser...", continué pensando.

-Comprendo, supongo que será conveniente no esperar mucho más. Si mis sospechas son ciertas, estos chicos nos van a necesitar más que nunca.

-Exacto. Si ya necesitaban nuestra ayuda para aprender a controlar "su poder", ahora que supuestamente poseen dos... Bueno, y para nosotros también será el doble de difícil ayudarlos. Además, incluso tenemos que aprender a controlar nuestro propio nuevo poder. -Le dije, y volví a darle vueltas a la forma en que podría hacer activar voluntariamente mi poder.

-Díselo a mi frente, me he llevado un buen golpe por practicar. Esto me trae recuerdos de cuando no controlaba mi otro poder.

Dije, volviendo a acercarme a él y sentándome sobre el escritorio con las piernas cruzadas.

-¡Ah, sí! Habías dicho que tu nuevo poder consistía en algo así como la teletransportación, ¿no? Y tu poder principal, ¿en qué consiste? -[i]"Menuda suerte, ya sabe cómo activar su nuevo poder. Ójala yo sepa hacerlo pronto", me confesé a mi mismo.

-Control de las ondas sonoras. Es muy útil. Quizá un poco agresivo a veces, pero creo que queda bastante bien con mi personalidad.

Sonreí mientras le miraba y decidí mostrárselo. Levanté una mano y chasqueé los dedos, pero, en lugar del típico sonido, sonó un leve acorde de guitarra.

-Aunque también tiene sutilezas como esa.

Quedé boquiabierto ante lo que escuchaba y lo que veía. ¿Qué tipo de explicación racional podría haber para describir ese proceso de transformación del sonido? -Vaya... es extrañamente asombroso. Yo, sin embargo, no puedo mostrarte mi nuevo poder, aún no sé cómo se activa. Y la telepatía... bueno, ya sabrás como funciona. Je, je. -Le dije. "¿A qué se referiría con que quedaba bastante bien con su personalidad?"

-No sé de qué trata tu nuevo poder, pero, si te sirve de ayuda, yo necesito concentrarme mucho en un lugar y desear con todas mis fuerzas estar allí. Y aún así, aparezco donde no es.

Me encogí de hombros.

-A veces me gustaría ser telepata, poder saber qué piensan los demás, pero debe de ser duro escuchar pensar a otros.

-Al final acabas acostumbrandote... Mayor problema es para mi saber cuándo es ético utilizar mis poderes y cuando no. Y créeme, a veces saber qué piensan los demás de ti no es bueno. -Le dije por experiencia propia. Era cierto que la telepatía era un gran poder si se sabía cómo utilizarlo, pero a veces he pensado que sería mejor ser un ingenuo ajeno a los pensamientos de los demás.

-Ya bueno, supongo que a veces debe de ser desagradable. Pero reconócelo, seguro que alguna vez te has muerto de curiosidad por alguien y lo has acabado haciendo aunque supieses que no era ético.

Sonreí, todos teníamos alguna ocasión en la que no nos resistíamos a usar nuestros poderes en nuestro propio beneficio.

-Claro que sí. Si no, no habría dicho que fuera difícil para mi. -Sonreí. Recordé superficialmente algunas de las experiencias. -Entonces... ¿pronto empezaremos a dar clase? -Le pregunté para que me quedase completamente seguro.

-En breves, espero. He recibido un par de curriculum nuevos. Posiblemente la semana que viene estemos listos.

Sentencié con cierto orgullo.

-Estupendo, entonces tendré que ir preparando mis primeras clases durante estos próximos días. Debo tenerlo todo preparado. -Le dije mientras una sonrisa iluminaba mi cara, pensando ya en el primer día de clase, el entusiasmo de los alumnos, etc.

Tras recorrer los largos pasillos llegué a la puerta del despacho de la directora del centro, iba allí para presentarme y saber si finalmente el puesto era mío. Piqué a la puerta y abrí la puerta. Para mi sorpresa ya había allí alguien.
-Disculpad.-dije serio.-¿Puedo entrar?-dije, aunque ya había entrado.