Conociendo la academia con Adam

Vamos... Acabo de llegar.

Hice un gesto exagerado y me tumbé en el suelo con las manos detrás de la cabeza.

-Eres un poco vaguete.-Saqué de mi bolso una caja de chicles.-¿Quieres uno?

Sí, por favor.

Extendí una mano, pero sin levantarme.

Puedes llamarme lo que quieras, pero estoy cansado.

Le dí un chicle.
-¿Has estado viajando mucho?

Más de lo que hubiese querido.

Desenvolví el chicle y me lo metí en la boca.

¿De dónde eres?

-Soy de Carlskroma,un pueblo de Suecia.-Dije con tono nostálgico.-Tenía un puerto precioso.
Bajé del escenario y me senté en una de las butacas para intentar esconder mi reacción.
-¿De dónde eres tú?

Fui capaz de captar el tono nostálgico de su voz.

Soy de Londres. Aunque no es que me guste demasiado. Prefiero París, aunque sólo he estado un par de meses allí.

-Me encantaría subir a lo alto de la Torre Eiffel.-Dije.-Pues a mí Londres me encanta.

Seguro que te gustaría más París. La torre Eiffel...

Dije, entornando los ojos, recordando cuando me lané en picado desde lo alto.

Noté que entornó sus ojos.
-¿Ocurre algo...con la Torre Eiffel?

Sólo son viejos recuerdos, nada importante.

Sacudí la cabeza antes de volver a mirarla, con los ojos entornados.

-Entiendo.-Dije,no quería entrometerme en sus recuerdos.-¿Cuál es tu poder?
Me acomodé en la butaca,era bastante cómoda.

Bueno... esto es un poco embarazoso... ¿De verdad quieres verlo?

Me estaba empezando a sonrojar, aunque no se notaba. Si sacaba las alas, rompería la camiseta, y no quería estropearla, así que tendría que quitarmela. La verdad no me avergonzaba de mi forma física, estaba en perfectas condiciones.

-Claro que sí.-Dije decidida,la curiosidad me mataba.

No digas que no te lo advertí...

Me quité la camiseta, dejando mi torso desnudo y sonrojándome más visiblemente.

Allá vamos.

Cerré los ojos. Dos alas de blancas plumas brotaron de mi espalda, cubriéndome, como si fuese un ángel.

Se quitó la camiseta,me sonrojé un poco.De su espalda brotaron dos fantásticas alas.
-Es magnífico.-Murmure.

Un poco molesto a veces, la verdad...

Me impulsé con las alas y me elevé un par de metros sobre el suelo.

Le contemplé maravillada.
-Tiene que ser fantástico poder volar.-Dije.

La verdad es que sí, pero trae algunos problemas cuando no puedes ocultar las alas.

Me posé a su lado, puse una mueca de esfuerzo, y las alas desaparecieron. Me volví a poner la camiseta.

Sus alas desaparecieron.
-Me gusta tu poder.

-Eso va a ser algo difícil.-Dije con cara de preocupación.

¿Y eso por qué?

Pregunté extrañado

-Yo copio los poderes y ahora mismo solo podría copiar el tuyo...cosa que no sé como hacer.-Dije.

Entonces no me copies.

Recomendé con seriedad.

Es doloroso las primeras veces. No creo que te gustase.