La llegada de Aly.

Al ver la reacción de la chica me sentí realmente culpable. -Alice, espera. Lo siento. -La agarre del brazo suavemente, solo para llamarle la atención. -Perdóname, no tenía derecho a decir eso. Por favor, danos la oportunidad de demostrarte que este es tu lugar. -Me percaté de la presencia de la otra chica, de cabellos rubios, aunque seguí mirando a Alice.

Me mantuve al margen durante un rato. Luego, decidí intervenir.

-Alice... Danos una oportunidad. Puede que aquí-me acerqué a la muchacha, hablándole suavemente-encuentres lo que necesitas.

Sí me dí cuenta de que realmente parecía invisible aunque esa no fuera mi habilidad.Esperaría a que el joven y la chica de negro acabasen su conversación o a que alguien se dirijiera a mi para volver a hablar

Asentí con ligereza, pero no por las palabras que ambos habían pronunciado, sino por el hecho de que le profesor me había sujetado... Nunca, nadie, de ninguna manera, me había tratado con tanta suavidad en un gesto tan sencillo.
- De acuerdo.- musité a media voz.- Si resulta que sirvo... Me gustaría quedarme.

-¡Perfecto!-sonreí-Confío en ti para que le enseñes las instalaciones, Arianne.

Miré con gratitud a Ed y le dediqué un pensamiento.

<<Muchas gracias, lo has conseguido. Si me buscas... estaré en mi despacho... preparando y firmando MÁS papeles>> Añadí con resignación.

-Más tarde deberías pasarte por mi despacho, a rellenar unos papeles, Alice. He de irme. Un placer.

Me giré y me dispuse a marcharme.

Trás ver que acababan su conversación decidí decirle algo al profesor nuevo:
-Perdone, ¿podría decirle algo, además de preguntarle su nombre?-pregunté con suavidad, calmandome, mi pelo se volvió negro.

-"No hay de que. Está bien, más tarde si acaso voy a verte." -Le mandé telepáticamente a Melinda, luego me dirigí entonces hasta la chica de cabellos rubios y la miré fijamente a los ojos. -Hola, ¿cómo te llamas? Yo soy Edward, vuestro profesor de Filosofía. -Respondí entonces a la otra chica que me había llamado la atención. -Claro, dime.

De repente me senti un tanto desplazada en la conversación, pero no me importaba mucho, necesitaba reponerme, y sobre todo, necesitaba aire libre.
- ¿Hay jardines por aquí?.- pregunté, a nadie en concreto.

Le miré y respiré hondo, tenía un rostro dulce, pero que me ignorase no me gustaba.
-Disculpa.-le dije.-Agradecería que no volvieses a buscar en mis pensamientos, hay cosas personales,que me gustaría que no volviesen a salir de mis recuerdos y lo que acabas de hacer no me ha gustado,no soy un libro...y mis pensamientos son mios...-dije con suavidad, con la mirada clavada en el suelo, deprimida, no quería parecer quisquillosa, no era mi intención, pero el miedo de revivir mi pasado era demasiado.

Me sorprendí bastante ante la soltura con la que la chica se dirigía a mi. -Claro, lo siento, no era mi intención molestarte, pero solo busco lo que me interesa, y creeme, la vida personal de mis alumnas no me interesa para nada. Las mentes son como un archivador, los recuerdos y conocimientos estan ordenados, y no suelo rebuscar en el archivo "Personal". -Me ilusioné al ver que la chica descubriera la sigilosa busqueda que había realizado en su cabeza, eso demostraba una gran inteligencia. Miré entonces a Alice. -Alice, yo se dónde estan los jardines, ¿quieres que te acompañe?

Agache la cabeza y el pelo me cubrió el rubor que me provocaba el causar molestias.
- Te lo agradecería mucho..

-Lo siento, quizás ha estado fuera de lugar mi comentario...perdone profesor.-me disculpé, agachando la cabeza.-A veces, no se porque me pongo así, supongo que son los nervios, tanto tiempo alejándome de los demás no ha sido bueno....-sonreí, lo cierto es que la huella de la soledad era muy profunda en mi, archivos en la mente...la mia debe de estar muy desordenada...necesitaba volver a abrirme a los demás...

Miré a Arianne antes de dirigirme hacia Alice. -Mientras no estemos en clase, no hace falta que me llameis profesor. -Le contesté con una amplia sonrisa. Luego miré a la chica rubia. -Bueno, ya hablaremos en otro momento, voy a ayudar a Alice a orientarse un poco por la academia. -Entonces caminé hasta donde se encontraba Alice, que estaba algo apartada. Vamos, sígueme. -Le dije, dedicandole una simpática sonrisa.

Miré a Aly, como miraba al profesor mientras se acercaba para acompañarla.

Eche a andar tras él, dedicándole una última y cálida sonrisa a Arianne llena de graitud, con la mochila al hombro y la cabeza llena de dudas y preguntas que formular, llegado el momento.
- Gracias por acompañarme... No me gusta causar molestias.

-¡Hey Aly, estoy muy contenta de que puedas quedarte!, ¿podremos ser amigas?-pregunté antes de que se fuera, intentando sonreir, porque a todos les gustan las sonrisas,¿no?, o eso es lo que dicen, nadie querría estar cerca de alguien triste...

- Por supesto Arianne... ¡Gracias por todo!- chillé.

-¡De nada!, nos vemos.-le saludé con la mano y corrí para alejarme.Yo también abandoné la sala, desilusionada y decepcionada conmigo misma.

En cuestion de segundos me había quedado sola...¿cómo podía ser?Al quedarme sola decidí irme de allí para investigar el resto de la escuela.
-A lo mejor encuentro a alguien nuevo...
Me fuí de la habitación