Papeleo o distracción

Tras encontrar mi despacho dejé todos los libros sobre mi enorme mesa, y comencé a ojear algunos papeles que tenía pendientes, no es que fuese muy divertido, pero debía hacerlo y cuanto antes mejor. Con un gesto de muñeca ordené los papeles y coloqué los libros en una montaña. Luego apoyándome sobre el respaldo de mi cómoda silla comencé a leer uno de los libros que había elegido.

Estaba dando un paseo distraída por la academia y llegué al despacho de Evan. Me mordí el labio, golpee suavemente la puerta y abrí.

-¿Toc-toc?

Aparté la vista del libro que leía para observar asomarse el rostro de Michelle por la puerta, posé el libro sobre la mesa y la miré.
-¿Qué haces aquí?, no es que no me alegre de verte es solo que...-dije comenzando de una forma un poco torpe.

-Pasaba por aquí y se me ocurrió venir a saludar-dije con gesto incocente-. Pero si quieres me voy.

Respondí aceleradamente.
-No, no claro que no quiero que te vayas.-dije como un tonto.-¿Por qué...no fuiste al baile?, te estuve esperando...-dije levantándome, mientras me revolvía el pelo con una mano.

-Ya bueno eso...-<<Tenía que acordarse...>>-. No me encontraba bien. Lo siento.-No era mentira, había pasado la mañana vomitando.

Me acerqué a él y me senté en la mesa, sonriendo.

-¿Me perdonas?

La miré observando sus movimientos.
-¿Debería?-le pregunté serio, intentando que por una vez me tomase en serio y no como un juego.-Quizás no debería y así sería más parecida a la relación de un profesor con una de sus alumnas.

Exhale un suspiro y lo miré a los ojos, con el ceño algo fruncido.

-Evan... No puedo decidir por tí, pero si eso es lo que quieres...

Dije levantandome y dando la vuelta.

Me levanté con rapidez, aún sin saber si era consciente del todo de mis actos y agarré su muñeca para detener sus pasos, no quería que se fuese, pero sin embargo tenía dudas. Dirigí mi mirada al suelo y dije con suavidad:
-No me refería a que quisiera que te marcharas...

-¡Pero no te entiendo! Yo... Estoy confusa. -Dije retorciéndome.

La miré intentando tranquilizarme.
-Dime que no entiendes e intentaré explicartelo, si es que lo sé, claro...para algo soy profesor.-le sonreí acaricié su mejilla con mi mano, apartando algunos mechones de su cara.

-Evan...-suspiré- Bobo.

Comencé a taconear con rapidez en el suelo. Estaba cansándome de ese rollo de profesor que se traía.

Suspiré y alejándome me apoyé contra mi mesa y cerré los ojos un momento.
-Yo si que no te entiendo.-me quejé.-Eres demasiado complicada.

-Es que las persona no vienen con libro de instrucciones, ¿sabías?

Me acerqué a él y pasé un brazo alrededor de su cuello.

-¿Qué piensas de mí?

Observé como se acercaba de nuevo pero no cambié mi posición.
-Bueno, eres una chica simpática, sin duda con sentido del humor, explosiva, extrovertida, guapa...y sin duda complicada.-le contesté.-¿Puedo hacerte la misma pregunta?

-Algo vergonzoso, fácil de sonrojar, bobo... Pero lo paso muy bien contigo, eres amable y agradable... Y eres mono.

-¿Así que mono?-dije entonces agarrando su nariz.-Creo que se te olvida decir que soy completamente inocente respecto a ti además de inofensivo, porque estoy seguro de que tú eres peligrosa,la última vez que hablamos de mi timidez intentaste volverme como una fresa.

-Vamos, vamos, eso fue muy divertido. Además, no lo intenté, lo conseguí, creo recordar.

Me senté en la mesa a su lado, mirándolo a los ojos.

-No recuerdo eso, juraría que tan solo lo intentaste.-reí.-Y además te parece divertido, no tienes corazón o más bien pena de mi.

-Es que estás muy mono cuando te sonrojas...-dije, dándole un beso en la mejilla.

Me reí mientras mis mejillas se volvían de un color carmesí.
-¿No me digas que empiezas otra vez con el jueguito?-le dije mirándola.

-Nunca dije que se hubiese terminado-sonreí-. ¿Te molesta?

Comencé a balancear un poco los pies.

-¿Así que no?, no, no me molesta, ¿y a ti?-sonreí picaramente.

-¿Por qué debería molestarme?-pregunté, arqueando una ceja.

-No lo sé, simplemente te pregunto.-dije sonriendo.-Yo también se jugar y puedo empezar a hacerlo.-sonreí más ampliamente casi riendo.