Supervivencia.

Allí estaba yo. Una tarde más de un día gris en aquel banco desierto, con los dibujos extendidos en el suelo a modo de exposición. De ellos dependía mi cena para aquella noche, pero realmente me importaba poco. Siempre podría darme habilidad con algún juego de manos...
Claro, que tampoco era fácil que nadie se acercara a alguien con mi aspecto. Una chica con el pelo revuelto, delgaducha, los ojos excesivamente pintados con kohol negro, los labios otro tanto de lo mismo, una camiseta de red y unos pantalones industrial. Debía de parecer que había salido del mismo infierno. Sin embargo, yo estaba absorta, el folio delante de las manos, el carboncillo entre los dedos, los ojos claros puestos en la fuente de Central Park. Había comprendido que la gente prefiere dibujos de niños felices e inocentes... era un insulto a mi espíritu, pero un consuelo para mi estómago.

Decidí pasear por Central Park, se veía que no sería fácil conocer a alguien, parecía como si la gente huyese de mi, y no comprendí por que,mi aspecto era muy corriente, quizás un poco más pálida de lo normal, con los ojos verdes y con los parpados maquillados de un color negro bastante suave,los labios rosados y el pelo castaño largo y un poco ondulado, bajita y delgada, como cualquier otra chica y sin embargo estaba sola... allí me senté en el borde de una fuente, desanimada, suspiré y jugueteé con mis cabellos, aburrida y triste, mi nueva vida no comenzaba bien...Alcé la vista observando mi alrededor, entonces en el banco de enfrente de la fuente en la que estaba sentada vi a una chica que dibujaba y junto a ella exponía dibujos, era una chica con el pelo revuelto, delgada, con los ojos excesivamente pintados de negro, una camiseta de red y unos pantalones industrial, su aspecto era extraño y aún así no dejaba de tener un encanto, su mirada era fría y parecia triste, me acerqué curiosa y observé sus dibujos, eran realmente buenos, no eran los típicos dibujos felices, pero me fascinaban, era muy bonitos, y sin embargo me pareció que reflejaban dolor y por eso no eran como los demás, ¿se sentía realmente tan triste?, yo sabía como era sentirse perdida y sola...
-H-hola...-dije con tímidez.-Son unos dibujos muy buenos...

Lavanté la cabeza ligeramente extrañada. Yo ya daba por sentado que a esas horas nadie se pararía a contemplar los dibujos...
- Hola. Gracias por el comentario... -vacilé unos instantes. - Pero no es el tipo de dibujos que suelo hacer...

La miré y sonreí lo más amablemente posible.
-De todas formas estan muy bien hechos, se nota que se te da bien, que suerte, aunque son tristes....-dije.-¿Sueles exponer tus dibujos aquí?

No pude evitar dedicarle una sonrisa amplísima. Me resultaba ligeramente hilarante la inocencia con la que me había hecho la pregunta.
- Aquí o en cualquier sitio.- respondí con voz suave.- Depende de donde vaya a dormir esa noche.

Su respuesta me desconcertó y sorprendió, ¿No tenía casa?, mi sonrisa se borró.
-Vaya...uh, perdón que maleducada soy, comienzo a hablarte y ni siquiera me conoces, debes de pensar que soy una loca, o una secuestradora o algo asi...pero esque te vi tan sola...además parecías triste...-sonreí tímidamente.-Soy Arianne Roswell.

Solté una carcajada entre dientes. La chica era encantadora.
- No te preocupes, cualquier persona da por sentado aque alguien de mi edad tiene casa propia.- le guiñé un ojo.- Encantada, Arianne, llámame Aly. Y no te preocupes por mi tristeza.- le volví a sonreir.- Solo es aparente.

Sonréí con amplitud, Aly era muy amable, y ya no parecía tan triste, me alegré, me dispuse a acercarme más para sentarme a su lado, pero tropecé y caí al suelo.
-¡Ay, maldita sea, ¿por qué soy tan torpe?!-me lamenté en el suelo.-Viva yo, y viva el ridículo que hago...no te rias de mi por favor...-sonreí forzadamente en el suelo, mientras me lamentaba.

Le tendi la mano a la chica para ayudarla a ponerse en pie. No era frecuente el que yo tocara o me acercara a alguna persona, pero tampoco podía dejarla allí tirada.
- Cuidado, pequeña, nunca sabemos cuando podemos rompernos algo...

Agarré con suavidad su mano y me levanté, luego le quité la sucediedad de la caida a mi ropa.
-Soy constantemente así...me caigo muy amenudo...me estampo contra paredes...y demás...soy muy torpe...-sonreí, aquella chica me transmitía confianza, mi pelo cambió de repente a rubio.-Oh,oh...-dije con preocupación, mierda, justo ahora tenía que pasar...ahora huiría de mi seguro...soy un bicho raro...ahora se daría cuenta de lo que soy...ahora que había conocido a alguien tan amable y lo estropeé todo...

No pude evitar abrir los ojos sobremanera. ¿Eso lo había hecho yo? No, imposible, yo jamás había dibujado a aquella chica, por lo que su melena dorada no era producto de mi atribulada cabecita.
- Tu pelo, es... interesante.- no pude evitar alargar la mano y jugar con delicadeza con un mechón.

Me miró sorprendida y jugueteó con uno de mis mechones. Me reí con sarcásmo.
-Si bueno...-mis ojos se llenaron de lágrimas y mi pelo se volvio negro como el ala de un cuervo.-Puedes salir corriendo cuando quieras...lo comprenderé, estoy acostumbrada...incluso si me llamas monstruo no me importará...solo huye si lo deseas...-dije triste, mirando al suelo, ahora que había conseguido hablar con alguien se había ido todo al traste.

- ¿Y por qué iba a huir? ¿O a llamarte monstruo?- le toqué la punta de la nariz con un dedo.- No estoy asustada. Ni siquiera sorprendida. Pero por tu preocupación deduzco que esto lo has hecho tú... fascinante

Me preocupó su reacción, ¿por qué no estaba asustada?, yo...yo no era humana...ni mucho menos...en verdad ni yo se que soy...
-¿De verdad no...no estas asustada?-pregunté incrédula.-No serías la primera que huyera...o que simplemente me insultase...si lo he hecho yo...es algo involuntario...ni siquiera se porque ocurre...debes de pensar que soy extraña...-dije frotándome con suavidad el brazo.

- Ah, pero lo extraño es bello... a su manera...- no pude evitar que mis ojos se nublaran con recuerdos del pasado que acudían a mi mente, pero no quería que ella pensara que era mi reaccion ante sus cambios de pelo.- De todas formas, estoy acostumbrada a que sucedan cosas así... cuando yo estoy cerca. Por eso, pensaba que yo lo había hecho.

Le sonreí con tristeza.
-¿Tú?...se que es una tontería que te pregunte esto, porque acabamos de conocernos, pero eres la única persona con la que he hablado en serio desde que comencé mi nueva vida...que para el caso esta volviendo a ser un fracaso...pero, ¿confias en mi?-le pregunté con seriedad,clavando mis ojos verdes en los suyos y agarré sus manos.

- Yo no confio en nadie, pequeña. Pero si lo que quieres es contarme algo que me debo callar, puedes hacerlo. No tengo ningún interés de difundir tu vida por ahí.- sonreí con ironía.- Ya tengo bastante con pasar desapercibida yo.

Sonreí ante su repuesta.
-Yo no soy normal...puedo hacer cosas que los demás no pueden...no se lo que soy exactamente, por eso he venido aquí...-dije atropelladamente-Observa...-dije y puse mi mano sobre mi antebrazo, cerré los ojos y cuando los abrí una pequeña esfera de agua se elevaba en el aire, sobre mi muñeca...-¿Lo ves?, es por eso que nadie quiere acercarse a mi...por eso pensé que huirías...porque no soy normal, mira mi pelo, esto...

- Yo tampoco podría decirte lo que eres... pero tengo un teoría.- saquéuna carpeta de dibujos de un maletíny busqué entre ellos uno en concreto, una chica con grandes alas de mariposa... una chica que se parecía demasiado a mi misma. Que era una copia exacta de mí.- Mira.

Le miré, y observé el dibujo incredula...era exacta a ella.
-Vaya...es igual que tu...¿pero que qieres decirme?-pregunté desconcertada.-¿Que tiene que ver ese dibujo con lo que soy?

Mi rostro se tornó serio. No podía hacer una demostración allí mismo.
- Creo... creo que somos hadas, Arianne. O brujas, o algo así. Al menos... no somos normales.

¿Hadas? ,¿somos?, ¿quería decirme que ella también?, la miré con seriedad.
-¿Tú también sabes haces cosas así?, no me lo puedo creer...he encontrado a alguien como yo...

Me mordí el labio inferior, ingiriendo gran cantidad de pintalabios negro. Había metido la pata.
- Sí, yo tambien hago cosas... parecidas.

Me quedé de piedra, no sabía si reir o llorar pero de felicidad.
-¿Q-qué sabes hacer?...¿desde cuando lo sabes?-pregunté.-Perdona...quizás no debería haber preguntado...si no quieres no respondas...

- Te lo mostraré. Es más sencillo.
Tomé una hoja en blanco de mi cuaderno y un pedazo de carbón. No me costó mucho dibujar la mariposa, era un trazo ya conocido. Fue sencillo. La mariposa voló desde el papel con sus alas amarillas y grandes y se posó en la nariz de mi anonadada nueva amiga.