Aire... ¿libre?

Sonreí al escuchar el comentario de Elizabeth. Me pregunté qué poder tendría ella, y no quise entrar en su mente tan rápido, acababa de conocerla y sería descortés por mi parte. Por lo que me dispuse a preguntarselo.

-Elizabeth, tú... ¿qué don tienes? -Pregunté algo sonrojado. Me había girado hacia ella para mirarla directamente mientras esperaba su respuesta.

- Atmokinesis, controlo el clima, puedo hacer que nieve, llueva, haga sol, truenos y todo eso.... -sonreí mirandole- por suerte lo se controlar, sino armaría demasiados desastres

Mire al cielo que aun amenazaba con descargar una torencial lluvia sobre nosotros y luego mire a la directora, que parecia distante, lejos en este momento, al menos mentalmente.

- Y tú don... ¿cuál es? -le pregunte a Edward mirandolo-.

-Controlar el clima. Es... asombroso. Nunca imaginé que un solo individuo fuera capaz de manipular las fuerzas de la naturaleza, es realmente increíble. -Dije al compás que lo pensaba, acompañando mis palabras con la más que patidifusa expresión en mi rostro.

-Yo... soy telépata. Puedo leer las mentes de los demás, implantar pensamientos en mentes ajenas para hacerlas actuar como yo desee, etc. Pero tranquila, no suelo usar mi poder si no es estrictamente necesario. -Le dije para intentar dejarle claro que no entraría en su mente a rebuscar información privada ni la obligaría a hacer nada que ella no quisiese hacer.

- Me alegra saber eso... pero estoy segura de que alguna vez has entrado en la mente de alguien por saber algo de lo que pensaba. -dije mirandolo, todos habiamos hecho algunas veces algo con nuestro poder para beneficiarnos de alguna forma.- si yo fuera telépata seguramente ya lo habria hecho en incontables ocasiones

Sonreía al escuchar lo que la joven jefa de estudios me decía. -He dicho: no "suelo". -Le indiqué, y tras ello, me reí. -Bueno, ciertamente me he enterado de muchas cosas a lo largo de mi vida: secretos inconfesables, miedos de la juventud, planes de asesinato o robos, incluso... Pero conforme fui madurando me di cuenta de que eso que yo mismo hacía iba en contra de mis principios, por lo que mi uso de la telepatía se moderó considerablemente desde entonces. -Proseguí, esta vez algo más serio.

Por un momento alejé mi atención en mis recuerdos de antaño y reflexioné sobre la multitud de obras beneficiosas se podrían hacer con el don de Elizabeth. Acabar con las sequías, y con eso, terminar con la pobreza de dicha zona; evitar catástrofes naturales del tipo tornados, tsunamis, tormentas eléctricas, etc.

-Siento repetirlo tantas veces pero, tu poder es uno de los mejores que he conocido nunca, en todos los aspectos. -Le confesé mientras la miraba a los ojos.

- Gracias, yo tambien opino lo mismo de mi poder, es increible sobretodo cuando lo aprendes a controlar, aunque hasta que aprendas puede ser un poco... caótico, ya que puedes hacer grandes desastres si se te va de las manos, por suerte a mi nunca me paso nada demasiado grave -le explique mirandolo, en verdad nunca se me habia ido mas allá de una pequeña tormenta inocensiva cuandoe ra pequeña y eso me aliviaba, no podría vivir con el sentimiento de culpa por haber hecho algo malo para el ambiente.

-Debió de ser difícil para ti cuando desde tan joven descubres que tienes tal poder. Para mi por lo menos sería frustrante... o tal vez, tendría miedo de herir a alguien que me rodeara durante el período de no-control del poder. -Abajé la cabeza por un momento al imaginarlo, luego volví a mirar a Melinda, que parecía ausente, y de nuevo a Elizabeth.

-Pero bueno, no hablemos más de ello. Para eso estamos nosotros aquí, en la Mansión: para evitar que las nuevas generaciones tengan que pasar por lo que nosotros hemos pasado. -Dije cierto tono positivo.

Si fue algo díficil, tenía miedo de dañar a alguien -dije antes de mirar a la directora que aún no había dicho nada- Pero es verdad, ahora nosotros estamos aqui para ayudar a que la nueva generación no tenga que pasar por momentos duros con su poder y para que puedan aprender a controlarlo y a vivir tranquilos.

Off: Bueno, como Melinda no va a responder más en este apartado, he pensado que podría ocurrir que la llaman al móvil y por asuntos personales o de trabajo se tiene que marchar para atender la llamada. Si os parece bien, claro ^^.

On:

Observé a la directora cómo se marchaba y me despedí de ella alzando una mano, añadiendo una sonrisa. Luego volví a mirar a Elizabeth. -La directora y tú... ¿os conocíais de antes de llegar a esta Mansión? -Le pregunté pensando en la posibilidad de que ambas fueran amigas desde hace tiempo, y que se hubieran reunido para continuar el sueño de Xavier.

OFF.
Por mi no hay problema con tu explicación de porque Melinda se ha ido

ON
Vi como Melinda se despedia tras recibir una llamada, me despedi con una sonrisa y un saludo con la mano mientras ella se alejaba despidiendose de nosotros y desapareciendo del lugar.
- No, yo puede que la conozca tanto o un poco mas que tú, pero nada mas alla de lo normal, me contrataron y no llevo tanto tiempo aqui como para haber hecho un gran lazo con ella -le explique, quizas él la conociera incluso más que yo-.

-Entiendo... La verdad es que Melinda se vuelca bastante en su trabajo, no tiene mucho tiempo para relacionarse con los demás, por lo que he visto durante mi estancia aquí. -Hice una pausa la cual aproveché para admirar a Hope por el gran trabajo que estaba haciendo.

-Bueno, pero hablemos de ti. -Sonreí. -¿Qué asignatura impartes? -Le pregunté. Quería empezar a conocerla algo más a fondo.

- Pues ademas de ser la jefa de estudios, sere profesora de plástica, a lo mejor no es muy relacionado con lo que se da aqui, pero yo creo que por medio de el arte y esas cosas uno puede expresarse y controlarse... por lo menos yo conseguia distraerme asi de pequeña -dije riendo y observandolo- Tú eras profesor de Filosofía, no?

-Exacto: "La búsqueda de Sofía..." -Dije. Tras ello solté una breve risa, recordando aquella denominación que le daban a la Filosofía algunos de los filósofos a los que pude leer la mente a fondo.

-Con ello pretendo enseñar a los muchachos, como mínimo y a rasgos muy generales, qué es la realidad, la verdad, y el bien. Y... ¿has vivido sola desde que supiste a ciencia cierta que eras una mutante? -A diferencia de lo que me había parecido mientras pensaba la pregunta, luego me di cuenta de que aquella interrogativa podría tener un doble sentido, por lo que me arrepentí de formular la pregunta de aquella forma.

- Cuando descubri mi poder era una adolescente que vivia con mi madre, pero a ella lo que a mi me pasaba no le parecía muy agradable, me quería dejar en casa encerrada para que no pudiera daña a la humanidad... pero bueno desde que me hice mayor de edad me fui de casa y vivi en un apartamento hasta ahora que me mude aqui -le explique, mi vida no era nada diferente a la de muchos adolescentes, excepto si a los tipicos problemas se les junta un poder- ¿Y tú, como es tu vida desde que descubriste tu poder?

-Bueno, gracias a que mi poder no causa evidencias visibles aunque no pueda controlarlo, pude pasar bastante desapercibido en mi juventud. Al principio la idea de saberlo todo me cautivó, y comencé desde muy joven a leer las mentes de letrados, novelistas, médicos de diferentes ámbitos, etc. impregnándome así de multitud de conocimientos. -Pausé para coger aire y continuar con la historia.

-Cuando me di cuenta de que al no ser igual a los demás, no podría llevar una vida igual a los demás, me fui de casa de mis padres. Tenía... 15 años creo recordar. En ese entonces tuve que buscarme la vida de cualquier forma. En esa época lo único que me movía era el dinero, el único medio de subsistir. Conseguí más tarde comprarme una casa donde viví varios años, y ahora... pues vivo aquí.

Me había alargado mas de lo que hubiese querido, y casi sin darme cuenta le había contado prácticamente toda mi vida, sin entrar demasiado en detalles.

Escuche atentamente cada una de sus palabras hasta que etrmino.
- Si, tu poder no se nota demasiado, pero estoy segura de que al principio es un dolor de cabeza el escuchar todas esas voces. A mi tambien me hubeira gustado marcharme de casa a los 15 años, pero no consegui reunir el valor para irme tan pronto de casa -sonreí, no había encontrado el valor eso era cierto, pero tambien era porque estaba aterrada, porque tenía miedo de descontrolarme y herir a alguien y esa huella jamas se borraría, por suerte nunca sucedio eso.

-Sí, es cierto, los primeros años en los que descubrí mi don fueron realmente espantosos, no podía si quiera dormir. Pero bueno, supongo que cuando sabes qué es lo que piensan exactamente tus padres de ti, el valor es de lo menos importante a la hora de decidir qué hacer con tu vida... y qué camino tomar.

Mi rostro se entristeció en cierta medida, al menos la sonrisa había desaparecido de mi expresión. Pero aquella parte de mi vida ya era inservible, y casi inexistente para mi.

Observe como su rostro cambiaba lentamente, no sabía lo que el podria haber oido en la mente de sus padres o amigos pero tampoco lo iba a preguntar.
- No lo debiste pasar demasiado bien, aunque si te sirve de cosnuelo creo que fue asi para todos, para algunos mas que otros, pero de igual manera, todos fuimos "raros" y "monstruos" para todos los demás, pero con el tiempo lo sobrellevamos y ahora mira lo que hacemos, tenemos en nuestro pdoer cosas que pueden ayudar o empeorar la existencia humana; creo que eso de "raritos" ya no nos denomina bien. -le dije sonriendole, en verdad todos, cada uno en nuestra medida, habiamos tenido experiencias muy parecidas, pero lo habíamos superado y habíamos conseguido acostumbrarnos a nuestro poder, como cuando alguien se acostumbra a llevar siempre una cosas.

-Tienes razón... debemos olvidar el pasado y vivir el presente para mejorar el futuro de la comunidad mutante y humana. Creo que nos vamos a llevar muy bien. -Le dije, recuperando la sonrisa de repente. Aunque detrás de todo esta fantasía y sueños para el futuro, se encontraban las inevitables luchas contra liberales mutantes y humanos hostiles. Tarea algo difícil para un simple telépata como yo.

- Exacto ese es nuestro deber, nos llevaremos bien posiblemente -le dije al ver que recuperaba la sonrisa que se había desvanecido minutos antes- Aunque puede que nos vaya a costar un poco hacer entender a algunos lo que significan nuestros poderes y como los deben usar -.

-Bueno, no podemos pretender que todos nuestros alumnos sean excepcionales, trabajadores y dispuestos a aprender sobre todo lo que les enseñemos... Siempre hay casos difíciles de tratar. -Le respondí de manera normal, y sin desviar el tono de voz.

- Lo que espero es que no sean muy dificiles ya que despues siempre puede haber alguien que les lave el cerebro y les haga hacer otras cosas -le dije tranquilamente-. Aunque creo que nuestros alumnos seran muy listos, por lo menos la mayoria

-Estoy seguro de ello. -Tras decir esto se hizo un largo silencio. Mis pensamientos se habían alejado por un momento del tema relacionado al nuevo poder. Algo me vino a la cabeza, y conforme lo pensaba, lo decía, como siempre acompañándolo de una sonrisa.

-Elizabeth, tú... ¿aceptarías una cita? Quiero decir, salir a tomar algo, lejos del ámbito del trabajo. -Terminé dificultosamente sin apartar la expresión de mi rostro.

- Claro, no creo que halla ningún inconveniente -le conteste sonriendo despues de un silencio que se había producido al dejar de hablar sobre los alumnos, a los cuales esperaba que no les pasara nada antes de el comienzo de las clases.

-Está bien... ¿Mañana a las 19:00 te parece bien? -Le pregunté después de asegurarme que mañana a esa hora no tuviera nada importante que hacer, y por lo tanto tuviese tiempo libre. -El lugar dejo que lo escojas tú. -Sonreí.