atardecer en el bosque

- Si una de la cosas que tengo claras es estar contigo -Dije besandole - No quiero perderte jamas Jayne, jamas....- Dije mientras me calmaba y empezaba a avanzar de su mano - Lo de la relacion no quiero echarlo para atras, no puedo hacer que este recuerdo me fatidie todas las relaciones que tenga.

-Pero tampoco puede ser que nada más conocernos, sin saber apenas nada el uno del otro, empecemos algo tan serio-dijo él, recuperando la cordura, y enciendiendo unas trémulas luciérnagas de luz triste, cogiéndole también la mano-, sin apenas saber el uno del otro...Mira, ha sido increíble conocerte hoy, y todo esto, pero, ahora que me has contado esto, me doy cuenta que no te conozco lo más mínimo...Y puede que me arrepienta y te pierda por ello, pero quiero saber de tí antes de que esto llege a más...

"Tu misma has dicho que no eres una chica de camaen la primera cita...Y eso me gusta...Pero yo tampoco soy un chico de amor eterno en la primera cita. Si tiene que surgir algo, que surja porque sabemos quienes somos y sabemos que puede funcionar...Tu misma has dicho que te han hecho daño muchas veces. Yo no quiero ser alguien que te vuelva a hacer daño"

Me callo una lagrima por mi rostro y me la limpie despues me solte de su mano quedando enfrente de el si era verdad que alomejor habia jugado demasiado con los sentimientos de algunos chicos pero lo que sentia por el era verdad - Tienes razon - Dije dandome la vuelta aguantandome las lagrimas y el llanto hasta alejarme un poco aunque era imposible una vez que me gire las lagrimas empezaron a caer por mi rostro corriendo todo el maquillaje, yo por el lo hubiera dado todo le queria y el a mi no..... - Hasta luego Jayne - Dije mientras agarraba mi vestido y aceleraba el paso .

Y Jayne, sorprendido por el repentino cambio de situación, apenas pudo decir tres palabras...

-Hasta luego...Ruth-aunque lo que quería era pedirle que se quedara allí con él, simplemente se quedó mirando boquiabierto cómo ella se alejaba a paso rápido, en medio de la silenciosa luz que sus luciérnagas de cuento le proporcionaban a aquel lugar donde había estado besándose con Ruth, y habló consigo mismo-. Desde luego, eres una joya, Jayne...Una preciosa chica se fija en tí el primer día que llegas a este sitio, sólo para perderla horas después, sin tener muy claro el por qué...-se levantó y se limpió un poco el pantalón, antes de suspirar, tras mirar lo tarde que era en el reloj-. Qué extraño es el mundo femenino...

Y con la cabeza gacha por el desánimo se encaminó hacia la salida del bosque donde se encontraba la verja de la academia, e irse a dormir, dejando que las luces se extinguieran poco a poco a su espalda.